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      Cuando hablamos sobre el diseño de un jardín o comentamos algunos macizos o plantas singulares solemos hacer referencia constantemente a “la textura de la planta”. Algo que, tal vez para nosotros como paisajistas, es lógico; para muchos de nuestros lectores les puede parecer confuso o con poco sentido. Por eso, hemos decido realizar esta entrada totalmente dedicada a la explicación de qué son las texturas y cómo funcionan en el diseño de un jardín.

      Una vez leída la entrada y con solo la comprensión de los tres conceptos básicos, podrás aplicar juegos de texturas  en tu jardín o en tu terraza tal y como nosotros lo hacemos en el diseño de los grandes paisajes.

      Así que presta atención y continua leyendo para ser todo un entendido en el mundo de las texturas.

      “La textura de las plantas y los objetos se puede definir como la rugosidad o la suavidad de su apariencia y se califica como gruesa, media y fina”

       

      La definición siempre suele ser muy teórica, por eso pasamos a explicar los tres tipos básicos de textura y como aplicarlos de manera practica para poder incorporarlos en el diseño de tu jardín.


      Juegos de Texturas en el Jardín

      Cuando hablamos de textura hacemos referencia a la sensación de grosor que nos ofrece la planta. No es lo mismo las grandes hojas de una palmera que la pequeña y delicada flor de la gaura… a esta diferencia la llamamos textura.

      Solemos hablar del color, de la flor, de su aroma…pero la textura es la gran olvidada y cuando, durante las épocas otoñales, se pierde la floración y solo queda el follaje, el juego de texturas diferenciara un jardín anodino de uno con gracia.

      Las texturas se diferencian según su tamaño en texturas gruesas, finas y medias; y cada una de ellas tiene un uso y unas particularidades básicas que hay que conocer

       

      • Textura Fina

      Personalmente, para Paissano, una de las más valoradas. Las plantas de textura fina son aquellas con hoja pequeña y multitud de ramillas. Un ejemplo de esto sería una pradera de césped donde cada brizna es tan fina que cuesta diferenciarla del conjunto de la pradera. Como arbustos para tu jardín/terraza sirven de ejemplo la Erica, la Genista, el Cystus o algunos Pinus.

      El efecto que nos propone esta fina textura es muy relajante para el ojo y son más amables de mirar. Una de sus grandes ventajas es la sensación de lejanía que producen cuando las colocamos en el último plano. Gracias a esto, si quieres que tu terraza parezca más grande deberás colocar al final de ella especies de textura fina que ayuden a dar sensación de profundidad.

      Otro beneficio es su uso en el arte topiario (darle forma a los arbustos) debido a que su densidad de hoja es alta y fácilmente manipulable.

       

      Este macizo de Gaura es un ejemplo de como la textura fina no deja ver elementos aislados y se entiende como un todo.

      Este macizo de Gaura es un ejemplo de como la textura fina no deja ver elementos aislados y se entiende como un todo.

      • Textura Media

      Poco hay que decir de una textura que se encuentra en el medio de la fina y de la gruesa. Como supondrá nuestro lector, esta textura pertenece a aquel grupo de plantas con un grosor de hoja lo suficientemente grande para no ser fino y lo suficientemente pequeño para no poder considerarlo grueso.

      Su uso suele ser, en la mayoría de los casos, como elemento de transición para que no se produzca un salto brusco entre un conjunto de plantas con una hoja muy fina y una especie ejemplar de mayor grosor.

       

      TEXTURA MEDIA

      Este pittosporum tobira nos enseña como la hoja es visible por su tamaño pero, a la vez, se puede entender como un conjunto.

      • Textura Gruesa

      Las plantas de textura gruesa son perfectas para dar golpes de efecto a los macizos en el jardín. A diferencia de la textura fina, su ancha y gruesa hoja puede verse como un elemento individual que aporta sombra y movimiento al conjunto de planta. La hoja de la higuera (Ficus carica) es un buen ejemplo: grandes hojas y anchas ramas que dan un grosor considerable al conjunto.

      Son perfectas para generar elementos aislados o singulares debido a su porte pero hay que tener cuidado con no abusar de ellas puesto que podemos cargar rápidamente un macizo y generar una sensación de espacio angosto. No es aconsejable incluir esta textura en espacios pequeños…sin embargo, podemos jugar con la sensación espacial de nuestra terraza si lo colocamos en primer plano (nada más entrar) y colocamos textura fina al final de la terraza (como comentábamos antes). El juego de un elemento grueso al principio y uno fino al final engañará a nuestro ojo y nos dará la sensación de una terraza más amplia y espaciosa.

       

      La Fatsia japonica es un claro ejemplo de textura gruesa. Sus hojas son claramente diferenciadas unas de otras.

      La Fatsia japonica es un claro ejemplo de textura gruesa. Sus hojas son claramente diferenciadas unas de otras.

       

      Como veis, es sencillo entender el funcionamiento de las texturas en el diseño de una terraza o jardín así como en el paisajismo a gran escala. Os recomiendo que la próxima vez que vayáis a un vivero os fijéis en las textura y no tanto en la flor e intentéis realizar un pequeño macizo a base de texturas de diferentes grosores… una pista!!! Los helechos son plantas muy agradecidas a la hora de trabajar con los juegos de textura 😉

       

      Un saludo Paissanos, y a disfrutar del paisaje.