El diseño de nuevos espacios públicos representa una oportunidad estratégica para redefinir las relaciones entre lo urbano y lo ciudadano. No se trata solo de incorporar plazas o paseos en tejidos en expansión, sino de crear lugares con identidad, capaces de responder a las necesidades funcionales del entorno y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de quienes los habitan. En esta línea, la intervención desarrollada en el puerto de Carboneras ejemplifica cómo un proyecto bien planteado puede transformar un área infrautilizada en un espacio activo, conectado y funcional. La actuación no se limita a añadir superficie transitable, sino que reestructura el espacio desde un enfoque urbano, paisajístico y ambiental, recuperando una zona estratégica de la localidad para el uso cotidiano y el disfrute colectivo.

El proyecto parte de un análisis del contexto urbano del puerto, y estabelcer cuales serían las intervenciones apropiadas para rehabiitar una plataforma portuaria en desuso, con infraestructuras obsoletas y barreras físicas que dificultan la relación con el resto del municipio. A partir de este diagnóstico, se plantea una intervención que incorpora criterios de sostenibilidad, accesibilidad universal, confort urbano y mejora del paisaje.

  • La propuesta se estructura mediante una red de recorridos peatonales que conectan diferentes cotas del frente portuario, facilitando la integración con el casco urbano y resolviendo las transiciones topográficas de forma natural.
  • Estos itinerarios se complementan con espacios estanciales, zonas de sombra y áreas abiertas pensadas para acoger eventos, actividades culturales o simplemente convertirse en lugar de encuentro y permanencia.

Uno de los aspectos clave del proyecto es su materialidad, ya que este punto toma gran relavancia en proyectos tan cercanos al mar, si se quiere asegurar la durabilidad. En esta linea se prponen soluciones técnicas que garanticen durabilidad, continuidad superficial y bajo mantenimiento, sin renunciar a la integración paisajística del entorno portuario, como las losas prefabricadas de gran formato, resistentes a la acción del ambiente salino y al tránsito constante o  pavimentos de resina con árido natural, que aportan continuidad visual y un buen comportamiento frente a la humedad.

Desde un punto de vista paisajistico, los espacios públicos nuevos necesitan elementos que fomenten la coherencia visual, y la identidad del  proyetco.

  • El mobiliario urbano, de líneas sobrias y duraderas, refuerza el carácter público del espacio sin competir con el paisaje portuario.
  • La iluminación, por su parte, se diseña desde una doble vertiente: funcionalidad y seguridad, sin renunciar a una lectura nocturna coherente del espacio.
  • La elección de especies vegetales responde a criterios de adaptación climática, con un diseño de jardinería que alterna estratos vegetales, reduce el consumo hídrico y refuerza los ejes visuales hacia el mar. De este modo, el nuevo espacio no solo cumple su función de tránsito o estancia, sino que contribuye a la mejora ambiental del entorno portuario.

 La flexibilidad en el diseño ha sido una prioridad, permitiendo que el espacio se adapte a distintas dinámicas sin perder su legibilidad formal. Este carácter abierto y versátil es esencial cuando se proyecta sobre un área costera, donde el clima, la luz y el flujo de personas cambian con intensidad.

El nuevo espacio público que generaría una intervención como la Reabilitación del puerto de Carboneras,  conllevaría una acción directa para recuperar un vacío urbano, redefiniendo la relación de la ciudad con su borde marítimo.  Se trata de un ejemplo claro de cómo los espacios públicos nuevos, cuando se diseñan con criterios técnicos sólidos y visión estratégica, pueden ejercer de motores urbanos, catalizadores de actividad y generadores de identidad colectiva.