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Luis Barragán es uno de nuestros arquitectos favoritos y que más nos inspira para nuestros diseños de jardines. Sus jardines y espacios exteriores ofrecen algo difícil de encontrar en las ciudades modernas: refugio, serenidad, misterio, drama y una belleza alcanzable sólo por la reducción de todos sus elementos a lo más esencial.

Hoy quiero contaros una pequeña historia que involucra a tres jardines de especial importancia y fotografía un momento de cambio en la concepción arquitectónica del genio mexicano, referencia recurrente en nuestro estudio de arquitectura y paisajimo.

 

 

Luis Barragán realiza un viaje en 1924-1926 por Francia y España y queda sorprendido por la visita a la Alhambra de Granada y el descubrimiento de la obra de Ferdinand Bac, poeta y novelista, nacido en Stuttgart en 1859. La lectura de Bac inculcó a Barragán, por encima de todo, la necesidad aunar en el jardín los sentimientos más diversos: la poesía, el misterio, la serenidad o la alegría.

Tras entablar una relación de amistad, Barragán viaja a Europa en 1931 para conocer al poeta y  visita el jardín de Bac, Les Colombières. Bac influenciaría toda la obra de Barragán, quien le dedicaría el reconocimiento de haber sido quien le despertase el anhelo de la arquitectura de jardín al recibir el premio Pritzker.

 

Les Colombières. Ferdinand Bac

 

UNA GRAN DECEPCIÓN

 

Sin embargo, aquella obra desencantó a Barragán: ‘Bac hizo cosas muy bellas, pero sin la armonía con el espíritu de hoy‘. Algo estaba cambiando en la concepción arquitectónica del mexicano; está conociendo las vanguardias y sus nuevas ideas. La decepción se entiende mejor sabiendo que días antes conoció brevemente a Le Corbusier y visitó Villa Savoye y el apartamento Carlos De Beistegui; es pues más fácil imaginar la gran impresión que éstos debieron hacer y la decepción en comparación con Les Colombières.

 

Apartamento de Carlos Beistegui. Le Corbusier

 

No es de extrañar que el que un arquitecto nacido en 1902 sintonizara en su primera época con la corrientes «regionalistas» de principios de siglo y posteriormente se deje seducir por el Movimiento Moderno y sus novedosas ideas. Este aspecto es casi una constante entre los arquitectos de su generación. A partir de este momento la arquitectura esencial de Barragán, es una mezcla particular de modernismo europeo influenciado por Mies y Le Corbusier, con un toque del norte de África, la Alhambra y los jardines soleados de Ferdinand Bac.

 

 

Estos son los tres jardines protagonistas de este artículo, que en algún momento influenciaron muchos de nuestros proyectos:

 

1. Les Colombières. Ferdinand Bac [1919-1925] (Menton, Francia)

Obra situada en Menton para el señor Emilie Lada-Bokairy y su esposa y donde actualmente reposan los restos de Ferdinand Bac.
Bac planeó un jardín alrededor de la casa con pabellones, columnatas, puentes y jardines secretos. Había espacios tranquilos, cerrados y áreas abiertas de plantas silvestres con amplias vistas.
Los jardines están distribuidos en varios niveles, salpicados de cipreses mediterráneos y hacen referencia a la literatura clásica, como la Odisea de Homero, incluida la fuente de Nausicaa.
El jardín está ubicado en una colina sobre el puerto de Menton y destaca por sus excelentes vistas de la bahía y la ciudad vieja de Menton.

 

 

2. Apartamento de Carlos Beistegui. Le Corbusier [1929] (París, Francia)

El acaudalado Beistegui encargó a el arquitecto Le Corbusier, el diseño de un pent-house sobre los campos Elíseos, un lugar de placer donde poder ofrecer grandes fiestas.
Le Corbusier diseñó un objeto arquitectónico un tanto surrealista, de acuerdo con la petición del cliente y acorde con el carácter de éste.

 

 

En la terraza, los objetos se mezclan de una manera un tanto “surreal”, un jardín, una chimenea y un espejo, a lo que incorpora los elementos del paisaje parisino, como son la Torre Eiffel o el Arc de Triomphe, que se divisan desde la terraza, manipulando las vistas o los huecos desde el interior de la casa y en el jardín. Cambios de altura, escaleras, terrazas exteriores y otros juegos espaciales completan la operación arquitectónica. Esta obra supone la defensa de que el arquitecto podía -o debía- también recurrir a otros ingredientes mucho más sugerentes como son el misterio o la ambigüedad.

 

3. Fuente de los Amantes. Luis Barragán  [1969] (Atizapán, Estado de México)

A los 62 años de edad, Barragán comienza el proyecto de una de sus obras más representativas: la Fuente de los Amantes,
asociada dentro del mismo proyecto a la Cuadra San Cristóbal (caballerizas) y a la Casa Egerstrom.
El conjunto pensado para una comunidad de caballistas, se transformó en un símbolo de su obra por el impecable uso del agua, la abstracción geométrica de los distintos planos, y el uso del color, elementos recurrentes en su carrera.

 

© Rodrigo Flores

© Rodrigo Flores

 

Aquí Barragán plantea una expresiva puesta en escena que espera la entrada del jinete, la abstracción de los elementos contrasta con los fuertes colores regionales, y el grosor de los muros le da profundidad a las aperturas y pórticos que insinúan los jardines vecinos y hacen aparecer el cielo. El juego compositivo entre muros ciegos y perforados generan una experiencia, y ésta se ve acentuada con el sonido del agua en movimiento, el suelo sin pavimentos y los olores de la vegetación elegida por el mismo arquitecto.

 

@Gabriel A. Ramírez

 

Si estos jardines te han inspirado ideas para tu jardín, terraza o ático no dudes en contarnoslas y podremos ayudarte con el diseño de jardines y exteriores, introduciendo el paisasjimo para crear espacios funcionales a la vez que poéticos.

Un saludo Paissanos y a disfrutar del paisaje…

 

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